Miguel Ángel Alarcón Rojas, un aniversario más…
Las ausencias de familia con el paso del tiempo/ una carrera en el servicio público que dejo enseñanzas/ La mejor herencia su familia…
Carlos O. Morales…
A lo largo de la vida, al lado de mi padre transcurrió la mejor infancia que pudiera haber deseado, mis hermanas y mi madre fueron parte de mi formación como ser humano, como hijo, estudiante y hoy profesionista.
Fui testigo de muchas etapas de la exitosa carrera política de un hombre de recio carácter y determinaciones firmes, su posición en cada etapa así lo exigía, y ese carácter de mando, de liderazgo me tocó a mí.
Viajamos de una ciudad a otra, siempre con la guía de mi padre, algunas veces la mano dura la sentía también, hoy a cinco años de su partida, veo y comprendo el porqué de su dureza o carácter.
En estos cinco años de su partido he valorado cada estación del año, las primaveras pasadas, los alegres veranos, los nostálgicos otoños o bien los fríos inviernos, cada una con algo peculiar que hace evocar su figura, su andar, su enseñanza y sobretodo su amor por su familia.
Así, en primera persona, Miguel Ángel Alarcón Urbán evoca la figura de su señor padre, Don Miguel Ángel Alarcón Rojas, un hombre de lealtades, alcalde de Yautepec los tres primeros años del mandato de Jorge Carrillo Olea y funcionario del poder judicial federal durante varios años.
Y resulta difícil no sentir mucha nostalgia cuando de recordar a los seres queridos se trata. Hoy no es la excepción, a Don Miguel Ángel Alarcón se le extraña, lo mismo sus hijas que sus amigos. Escribir sobre un aniversario luctuoso siempre resulta complicado por el riesgo que se corre de volver a repetir algo que se haya narrado ya, pero algo que no debe quedar sin ser citado es esa relación de Doña Carmen Urbán Ocampo sobrina de Don José Urbán Aguirre, compañera inseparable de Don Miguel Alarcón Rojas, ese cruce imaginario de los hilos del destino que hacen de una relación el nacimiento de una familia de tradición en la sociedad local de municipio histórico y mágico que es Yautepec.
El legado de Alarcón Rojas es la integración de una familia que siente y que ama sus raíces, sus hijas y junto con ellas, Miguel Ángel sienten en la piel el orgullo de ser parte de esa dinastía que dejó bien cimentada el hombre, el padre, la figura pública y el amigo de muchos.
Hoy se cumplen cinco años de esa dolorosa partida, cinco años de nostalgia y de recuerdos. Es cierto, a veces duele pero la resignación llega a traer esa paz que se sentía perdida, hoy los pensamientos son encontrados, pues se mezclan sentimientos diferentes, y aun así, todos confluyen en uno solo, el padre ido, el héroe de la casa, el compañero de toda la vida.
Miguel Ángel Alarcón Rojas cinco años han transcurrido, y parece que fue ayer, nadie se adapta aun a su partida, sin embargo hay tranquilidad y paz en esa dinastía Alarcón/Urbán que hoy rinde tributo a su ausencia.
Es cierto, los recuerdos buenos y malos llegan en cascada, de golpe, pero se habrán de diluir lentamente, y al final del día, la fortaleza volverá a quienes tienen el honor y la fortuna de llevar en las venas esa herencia genética que su fundador dejo como legado para siempre, y como epilogo, en silencio, desde el fondo del alma, vendrá la oración de todos los días al recuerdo de un gran hombre…
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