El ALM un espacio que no duerme.

/ La vorágine de un monstruo que muere y revive día a día/ La economía depende de este mercado/ Introductores, locatarios, comerciantes, todos dan vida a esta central de abasto/ Mientras Cuernavaca descansa el ALM y miles de almas son un solo latido… Carlos O. Morales… Por primera vez en la historia del Centro Comercial Adolfo López Mateos (ALM), su funcionamiento se recorta, limita y condiciona. El ingreso a la nave principal y sus andenes, sus estacionamientos y sus pasillos estarán controlados de manera inútil, medidas que sin duda afectarán a una economía que representa el 70 por ciento de la liquidez monetaria. Para los que no conocen a fondo al ALM, esta central de abasto es en una parte un submundo, es una parte de Cuernavaca con una cosmovisión propia, para conocer los orígenes de una central de abasto que se ha convertido en ente con corazón y latidos propios. El ALM como lo conoce todo el mundo, es una central de abasto que nunca duerme, es por el contrario, un monstruo que cobra vida al caer la tarde y al llegar la noche, es un pequeño mundo en medio del corazón de Cuernavaca, una ciudad cosmopolita y un icono turístico en todo el mundo. Este mercado es en todo su entorno, un lugar donde se mezclan y conviven los personajes más diversos, desde los ricos y poderosos introductores, hasta el más humilde de los diableros o carga canastas. Es un lugar donde las vidas se entre enlazan, donde hay pasiones y virtudes, donde el principal objetivo es ganar dinero, hacer fortuna, o bien tener empleo, trabajo y superar la pobreza, porque aquí en el ALM caben todos, donde el hambre se supera y se gana la vida con el sudor de la frente, porque aquí los flojos no caben. Es tan diverso como desigual y discordante el ambiente que, por esa razón, caben todos, las imaginarias puertas del ALM siempre están abiertas. A diario llegan nuevos personajes, y a diario se van otros, desaparecen, se van como llegaron. Los locatarios, son humanos y muchas veces generosos, son el alma de un mercado que su mayor auge lo tienen desde las primeras horas hasta ponerse el sol. Todos necesitan de todos, aquí no hay tiempo para rencores ni rencillas, son una familia sui generis, el mercado es imaginativamente, una gran vecindad, es donde se pasan la mayor parte del día, semana a semana, mes a mes, año tras año, así por siempre. Al acercarse la tarde/noche, el ALM empieza a prepararse para la llegada de los grandes automotores cargados de legumbres, frutas, granos, carnes, para iniciarse la vendimia mayorista, todo el circuito López Mateos es el punto álgido, donde se moverán millones de pesos al final de la jornada que solo dura unas cuantas horas, las mismas que tendrán los que venden por cajas, igual tiempo para quienes detallarán, y así hasta que levante su puesto el ultimo a las diez de la mañana. La vida en el ALM se vive así, rápido, aquí te envuelve la vorágine del pescadero, el que vende pollo, o vísceras, te llenaras del olor a chicharrón o del caliente y oloroso pollo rostizado. Son los gritos del pásale güerito, pásele mi reina, caballero o patrona, lo mismo que las vendedoras de nopales, aguacates, memelas o tortillas, te abordarán los que venden ajos, bolsas o se ofrecerán a cargarte la canasta o la bolsa del mandado. Y sobre todo terminarás comprando la carne en la SUPER TERNERA, la primera carnicería del pasillo sur. Aquí todo mundo vende, todos compran, ya sean alimentos o dulces, calzado, verduras y hasta la cecina o los quesos. Todo es movimiento, ajetreo, ir y venir, incluso, aquí no hay regateo, los precios son fijos, y lo tomas o sigue tu camino. El ALM es el monstruo imaginario de mil cabezas, es donde hay de todo, bueno y malo, por eso la definición de un submundo o el mercado cosmovisión donde cada día es diferente, nada es igual, ninguna noche o día se repite, todo tiene algo diferente. Aquí no hay contagiados del covid-19, los contagiados son los que llegan de fuera, y ni modo que se les niegue la entrada, por todo ello, la medida de prohibir el ingreso a gente adulta, mujeres embarazadas, o niños, es una aberración, ¿ves lo que finalmente conseguiste diputado sin partido? chingaste a los que menos culpa tenemos……

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